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Falsos mitos sobre el uso de protección solar

¡Buenos días!

Acabo de volver de vacaciones y me sorprende que amigas mías aún no se protejan del sol al ir a la playa en días nublados, o porque ya están morenas, o bien que den la protección a los niños en la misma playa.

Parece mentira que con lo pesadas que somos tanto farmacéuticas como médicos insistiendo en que el sol en exceso es muy malo para nuestra salud, sigamos ignorándolo, y es que venimos de una cultura en la que estar moreno es síntoma de estatus, de buena vida y de buena salud.

Pero nada más lejos de la realidad. El moreno es el sistema de defensa que utiliza nuestra piel para protegerse de los efectos nocivos de los rayos solares, igual que activamos nuestro sistema inmunitario cuando un patógeno intenta dañar nuestro organismo.

Por eso creo que hay que volver a insistir en el tema y aclarar algunos falsos mitos:

   

Si hay nubes no me quemo, así que no necesito aplicarme crema.

¡FALSO! El sol siempre está ahí, sea invierno o verano, esté nublado o despejado. Los rayos solares atraviesan las nubes, incluso la sombrilla. Por eso, aunque estemos bajo la sombrilla nos vamos a broncear y nos podemos quemar.

Y, por supuesto, también en la ciudad hay sol, por lo que no sólo hay que aplicarse la protección cuando vamos a la piscina o a la playa (aquí hay que renovarla cada 3 horas o después de cada baño), sino todos los días antes de salir de casa, como mínimo en el rostro y zonas expuestas.

Una buena opción es: FILORGA UV-BRONZE FACE SPF50+

Si ya estoy morena, no me puedo quemar.

¡FALSO! El sol sigue penetrando en nuestro organismo, dañándolo y pudiendo provocar manchas, arrugas y alergias solares.

A mí me encanta este aceite seco que además hidrata la piel:

FILORGA UV-BRONZE CUERPO SPF30

La protección del año pasado vale para éste.

¡FALSO! Esto a mí me extraña mucho cuando me lo preguntáis, porque si aplicas correctamente el protector solar, un envase de 200 ml no debería durarte más de una semana si vas a la piscina o estás en la playa.

Además, los envases abiertos pierden efectividad, ya que los compuestos de la fórmula se oxidan, disminuyendo por tanto el SFP, y por tanto no sabemos cuánto protegen.

La textura también puede variar… ¿Merece la pena arriesgarse?

Por la tarde el sol calienta menos, luego no necesito protección.

¡FALSO! El sol es menos agresivo, pero debemos protegernos igual porque está ahí. Lo que sí debemos evitar es exponernos entre las 13:00 y las 16:00.

Un SPF 50+ impide que me ponga morena.

¡FALSO! Un protector alto impide que te quemes, previene el envejecimiento y el melanoma, pero te pondrá morena igual.

Te lo digo por experiencia: veo a mis hijos y no pueden estar más morenos, pero de forma segura.

Hay que aplicar el protector solar al llegar a la playa.

¡OJO! Esto sólo valdría para las pantallas físicas, pero son las menos usadas, porque su textura es más resistente y deja la piel un poco blanca, ya que no penetran en ella y lo que hacen es reflejar el sol.

Pero los protectores más utilizados son pantallas químicas, que tienen que ser absorbidas por la piel para ser activas, y esto requiere de un tiempo. Por eso, hay que aplicarlas 30 minutos antes de exponerse al sol, para que puedan protegernos adecuadamente.

Ambos filtros son igual de seguros. Los físicos se recomiendan para bebés y personas con piel muy sensible, porque no interaccionan con la piel.

Si llevo la mascarilla no necesito protección.

¡OJO! El sol puede atravesar el tejido de la mascarilla, y no sabemos con certeza cuánta radiación llega a nuestra piel, por lo que más vale prevenir.

Espero que os haya aclarado algunas dudas. Si queréis saber, más, podéis encontrarme en la Farmacia o contactar conmigo por Whatsapp, por correo electrónico, por Facebook, Instagram… en fin, que estoy a vuestra disposición para lo que necesitéis.

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